Cemitério Santa Maria Magdalena

Los que me conocen y siguen mis viajes por el mundo, saben que no puedo resistirme a visitar los cementerios. Tienen algo magnético que me atrae irremediablemente. No creo que tenga nada que ver con la muerte, sino más bien con el hecho del reposo eterno tras una vida entera o muy corta. Sea como fuere pasear entre las lápidas o pararme frente a mausoleos o nichos forma parte desde hace tiempo de mis 'must' en cada viaje. El que hoy me ocupa es un cementerio marino, que no marinero, muy del estilo del que visité en Saint Tropez pero con más caché, mas empaque, más categoría, que como dice la canción de Mecano "que aunque el juicio final nos trate por igual aquí hay gente de rancio abolengo". Y eso se refleja en los panteones y tumbas que van componiendo el camposanto de San Juan, un cementerio que a veces pasa desapercibido porque casi siempre se deja de lado cuando se acude a visitar el fuerte del Morro. Y he aquí que cometemos un error muy grande. El sagrado lugar de reposo con su magnífico emplazamiento al borde del mar y el campo de césped que precede al fuerte, es un lugar que tiene también su atractivo. Ángeles de distintos tamaños que encabezan lápidas de mármol, adornadas, algunas por ramos de flores chamuscados por el paso de los días, acompañan los pasajes del cementerio. Políticos, artistas de la música boricua, escritores y pintores insignes y otros miembros de la élite puertoriqueña de todos los tiempos, se alojan definitivamente entre la muralla y el mar, y hasta compatriotas que eligieron involuntariamente su reposo en este rincón, como el poeta español de la Generación del 27, Pedro Salinas. Quizá el lugar que más llama la atención es una capilla circular, en la base de las murallas del castillo, que recuerda el estilo neoclásico inspirada en el templete de San Pietro in Montorio y que domina la totalidad del terreno, y por otra parte, la diversidad cultural de Puerto Rico desde tiempos de la colonización es evidente en tumbas de familias alemanas, estadounidenses y francesas. Así que hay que hacer un pequeño esfuerzo mental, para aquellos que tengan un poco de pánico a la muerte, y dar un pequeño paseo por este lugar cargado de historia y de belleza.

Aqueles que me conhecem e siga minhas viagens ao redor do mundo, sei que não posso resistir cemitérios visitantes. Eles têm algo que atrai-me irremediavelmente magnético. Eu não acho que tenha algo a ver com a morte, mas sim com o fato de o descanso eterno depois de um todo ou de curta duração. Seja como for caminhar entre as lápides e mausoléus ficar antes ou nichos muito faz parte do meu "deve" em cada viagem. O que me ocupa, hoje, é que nenhum marinheiro, muito estilo que eu visitei em Saint Tropez, mas com mais cache, mais embalagens, mais categoria, como a canção da Mecano ", embora a decisão final nos tratam dizendo cemitério marinho como há pessoas de ascendência nobre ". E isso se reflete nos mausoléus e túmulos que são compõem o cemitério de San Juan, um cemitério que às vezes passa despercebido porque é quase sempre deixado de fora quando se trata de visitar o Morro forte. E aqui nós cometer um grande erro. O lugar de descanso sagrado com sua magnífica localização junto ao mar e campo de grama que precede o forte, é um lugar que também tem seu apelo. Anjos de vários tamanhos que cobrem lápides de mármore, adornada, alguns bouquets chamuscado pela passagem do tempo, acompanhando passagens cemitério. Políticos, artistas da música de Porto Rico, escritores e pintores ilustres e outros membros da elite porto-riquenha de todos os tempos, vai certamente ficar entre a parede eo mar, e até mesmo compatriotas que inadvertidamente escolheram o seu descanso nesta esquina, como o poeta espanhol geração de 27, Pedro Salinas. Talvez o lugar chama a atenção é circular, na base das muralhas do castelo, que lembra o estilo neoclássico inspirado no templo de San Pietro in Montorio e dominando o campo inteiro, e além disso uma capela, a diversidade cultural de Porto Rico desde os tempos coloniais é evidente em túmulos de famílias alemãs, americanas e francesas. Então, para fazer um pouco de esforço mental, para aqueles que têm um pouco de pânico para a morte, e dar um pequeno passeio em torno deste lugar cheio de história e beleza.

Justo al lado de una de las Murallas del Fuerte San Felipe del Morro en faldas del hermoso mar, se encuentra el Cementerio donde yacen grandes próceres y leyendas de nuestra Cultura Popular puertorriqueña entre Políticos históricos: Tite Curet Alonso(Compositor), Pedro Albizu Campos (Líder del Partido Nacionalista), Gilberto Concepción de Gracia (Político, fundador del Partido Independentista Puertorriqueño), José Ferrer, (Actor y director, ganador del Premio Óscar), Abelardo Díaz Alfaro, (Escritor, trabajador social y periodista puertorriqueño) estos son solo un 1.5% de esas grandes glorias nuestras.

Junto a uma das paredes de Fort San Felipe del Morro contorna o belo mar, o cemitério onde repousam grandes heróis e lendas da nossa cultura popular porto-riquenho entre políticos históricos são: Tite Curet Alonso (Compositor), Pedro Albizu Campos ( Partido nacionalista líder), Gilberto Concepción de Gracia (político, fundador do Partido da Independência de Porto Rico), José Ferrer, (ator e diretor, vencedor do Oscar), Abelardo Díaz Alfaro, (escritor, assistente social e jornalista porto-riquenho) estes são apenas 1,5% desses grandes glórias nossa.

Donde descansa los ilustres de mi Puerto Rico

Onde reside o meu ilustre Puerto Rico, muita história

el cementerio es una maravilla escultórica, me gusta ir y observar sus esculturas. Otro cementerio que puedo recomendar, es el de Hormigueros, no he ido pero he oído hablar de el. :) les encantará!!!!

o cemitério é uma maravilha escultural, eu gosto de ir e assistir suas esculturas. Outro cemitério que eu posso recomendar é o de Hormigueros, mas não foram ouvidos dele. :) Será que o amor !!!!

Pero es un lugar donde no quisiera estar.

Este cemitério é histórico e famoso são pátio enterrado. Mas é um lugar onde não quero estar.

El lugar de reposo de las personas que dejaron huellas en Puerto Rico