SerViajera
Um aglomerado de casas de vermelho
Un racimo de casas rojas
Luego de recorrer el paisaje abrumador y salvaje del Cabo de Vidio, Cudillero me pareció lo más parecido a un acogedor nido. Encajonada entre las faldas de verdes montañas, la villa es un racimo de casas rojas, blancas y azules que se aprieta asomado al mar. Cudillero está hecha para andar. Por más que hay un parking en el puerto nuevo, nada mejor que aparcar el coche apenas dejas atrás el pueblo de El Pito y bajar a pie por su calle principal. Entonces la descubres poco a poco. Las callejuelas que bajan de los montes, se convierten, ya alrededor de la antigua lonja de pescado y el Ayuntamiento, en empinados pasadizos y escalinatas que parecen nunca acabar. De los balcones y ventanas de las casas cuelga ‘el curadillo’, pescado puesto a secar, y aquí y allá los aparejos y anzuelos, las largas cañas con las que se pesca la deliciosa ‘merluza del pincho’, y las redes tendidas al sol, hablan de una tradición pesquera que es parte del alma pixueta, como se les llama a los nacidos en el pueblo. Cudillero vive alrededor de su animado puerto y de la plaza de La Marina, donde abundan buenos restaurantes y bares. Al atardecer -acompañando el momento con una buena ración de mariscos y una fresca sidra-, ése es el mejor sitio desde donde presenciar la arribada de las lanchas pesqueras con su carga.
Depois de visitar a paisagem avassaladora e selvagem do Cabo Vidio, Cudillero eu achei a coisa mais próxima a um ninho aconchegante. Imprensado entre o pé de montanhas verdes, a vila é um aglomerado de casas de vermelho, branco e azul inclinada aperta o mar. Cudillero é feito para andar. Tanto quanto há estacionamento no porto novo, nada melhor para estacionar o seu carro apenas deixar para trás o povo de El Pito e andando pela rua principal. Depois, gradualmente, descobrir. As pequenas ruas das montanhas, tornam-se, e em torno do antigo mercado do peixe e da cidade, em corredores e escadas íngremes que parecem nunca terminar. Das varandas e janelas das casas pendurar 'o curadillo' pendurada para secar o peixe, e aqui e ali artes e anzóis, varas longas com que redes de pesca delicioso 'espeto de pescada "e deitado ao sol falar de uma tradição de pesca, que é parte do pixueta alma, como eles são conhecidos por aqueles que nasceram na aldeia. Cudillero vive em torno do seu porto movimentado e Praça Marina, onde há bons restaurantes e bares. Ao entardecer, quando acompanhado de um bom ajudando de frutos do mar e cidra fresca, este é o melhor lugar do que para testemunhar a chegada dos barcos de pesca com sua carga.



+6